miércoles, 28 de enero de 2009

Yo no quiero que el mar encuentre tu silueta si estoy dormido...



Como si nada los dias fueron vagamente perdiendose con la caida de las hojas, el calendario no marcaba el tiempo de forma normal...nada me importaba.
Un dia me dijiste si salíamos, claro, acepté, era interesante reconocer tus ojos, tanto tiempo que estuvieron en otro puerto, en otra tierra, las cosas eran de una forma antes de tu partida y pensaba que serían igual...
El cielo no se había despejado del todo, suaves gotas de agua de una pileta frenética rociaban mi cara al divisarte a lo lejos caminando en mi dirección, ¿hemos cambiado? ¿cómo era yo antes?, el pasto es testigo de tantas emociones y momentos eternos que se diluyen bajo un sol profundo y ardiente, tomamos asiento, sabía que querías abrazarme, yo de alguna manera secretamente lo deseaba, por eso aceptaba tus brazos entre los mios, nunca habia mirado tu cara tan cerca, me dio risa tu reaccion al sentir nuestras respiraciones tan cerca, en ese momento me interesó entrar más adentro en el camino, alguna química especial rodeaba los árboles esa tarde, los niños jugando con una pelota por los lados, siempre amenazantes, pero nada importó, de un modo extraño abrí los ojos y tus labios estaban junto a los míos, créeme, nadie planeó esto...
Y así, nacen ilusiones diferentes, los dias cambiaron de colores, el cielo permanece en un azul profundo que no dejo de mirar, como tus ojos...tenerlos cerca se me hizo una vitalidad, no soportaría verlos quebrados por mi causa.
Pusimos en una pesa lo bueno o lo malo, que encontramos? un amor que crece cada día, que hay que vivirlo como el presente...y vivir abrazado a ti es lo único que necesito.