miércoles, 21 de noviembre de 2012

I.Shinji.mp3





Estaba decidido a dejar el viejo peso atrás, pero esa canción que inevitablemente resonaba, no me iba a dejar partir.

Puta la maldita hora en que decidí recorrer esa vieja carpeta con la música que otrora me había marcado de una manera indescriptible. El piano y los vientos saben que mis huesos están carcomidos de recuerdos y añoranzas que tan solo un pequeño acorde los derrumbaría.

¡Concha de tu madre! No puedo dejar de añorar en mi ilusa infancia los primeros corazones rotos y las andanzas aventureras junto a mi partner, el Francisco. Cada vez que lo reflexiono me doy cuenta que más tiempo ha pasado, y ya no es nada tan cercano como imaginé, si no los años los consumieron y se transmutaron en décadas.

Vieja ilusión, vieja bebida que me hace lloriquear ante una demoledora realidad que me dice que jamás volveré a esos momentos, donde el mundo incluso se hallaba ad portas de mis primeros pasos en la libertad adolescente.
Como un video de animación, cada secuencia se va una tras otra, y siguen quedando grabadas en la memoria como para recordarme cada año, que más lejos quedan y en algún momento simplemente se harán de olvidar.

Vivir ajeno a urgencias realmente urgentes, caminar por largos senderos guitarra al hombro y una entrada a algún evento otaku diversificaban los instantes fugaces que compartí con tantas personas. Conocí miles, llamé amigos y hablé seguido con muchos, y así, como con una ventolera gigantezca, cada uno fue alejándose junto a una densa capa de humo, hasta volver a ser caras desconocidas, de esas que te cruzas por las silentes calles ariqueñas, y dudas si siquiera saludar o pasar. Finalmente es lo último.

Hay un simbolismo implícito o quizá no tanto, en todo ese contexto que me tocó vivir, la efímera estabilidad social y emocional de tercero o cuarto medio. Todo era más fácil, pero puta, en esos tiempos todo se veía lo más difícil posible.

Tenía un grupo musical, tocábamos esa música japonesa y hasta nos creamos una estética e identidad de marca (conceptos que entonces ignorábamos) hasta fans tuvimos, fue una marea de sociabilidad que jamás había creído, y era muy gracioso. Por supuesto bebía de aquel néctar de la popularidad bajo un seudónimo que ahora me parece homosexual pero entonces no importaba. ¿Cómo iba a saber que eso no iba a durar mucho? Cuando al fin el Francisco decidió emprender otros rumbos fue todo una reacción explosiva que definitivamente marcó el fin de ese simbolismo y ese ciclo. Ya no había fans, ni siquiera seudónimos, el anime y las tocatas se esfumaron, ahora sí, éramos adultos.

Claro, el detonante no fue la partida del partner, o tal vez sí. En esos tiempos todo confabulaba a un cambio radical de la vida, como esa noche que acampando en la playa con mi familia me escribiste diciendo que la relación había muerto, claro, a mí no me importó en realidad (esa vez) y lo dejé pasar para así dar paso a la hora más oscura de esa noche, desde ahí moriste en mi mente, y tal vez murió un yo.

-       ¿Sabías que ya han pasado 6 años desde eso?

Es como cuarta vez que winamp me hace el loop y sigo en la misma canción. Yo creo que mientras exista esa canción, existirá esta analepsia.

Afortunadamente nunca me llegué a comparar al chico que pone nombre a esta canción, aunque tal vez, no fuimos tan diferentes.





sábado, 26 de mayo de 2012

El día que todos se fueron de aquí





Buena canción, sobre los que alguna vez salimos de cuarto medio, pasillos quedaron impregnados de historias.




(Piero Arce)


El día que todos se fueron de aquí
dejaron salones vacíos sin fin
el día que todos salieron de acá
dejaron rayados los baños de atrás


Quedó una razón
para volver a este lugar,
esperaré una señal
todo lo que empieza ha de terminar
y lo que deba pasar pasará
si, lo que deba pasar pasará


El día que todos se fueron de aquí
subieron las sillas por última vez
en aquellas mesas donde me paré
cuando en mi uniforme escribiste un "tal vez"


Los niños que solían jugar por acá
dejaron historias de nunca acabar
de besos robados a la salida
el día que todos supieron llorar


Quedó una razón
para volver a ese lugar,
yo esperaré una señal
todo lo que empieza ha de terminar
y lo que deba pasar pasará
si, lo que deba pasar pasará
el día que todos salieron de acá,
el día que todos supieron llorar,
el día que todos se fueron de acá.

martes, 24 de abril de 2012

S.R.

En busca de un sueño partí con mi día. En busca de un sueño que no hay todavía.

domingo, 29 de enero de 2012

Inconsciente colectivo.


Antes que sobre nuestras cabezas la noche se presentase imperfecta, un manto de estrellas empezaba a expresarse.

Fue casi mágico, casi no más, el ron en los cuerpos no permitía discernir la belleza de la banalidad, ya que todo lo que nos rodeó era casi un juego inútil de miradas y risitas sin sentido.



O tal vez sí tuvieron sentido ah?, tal vez Cercar la Trivia fue un ejercicio necesario y profundo que escapaba a mi mente media sobria medio ebria, y mis mareados razonamientos a las 2 am en la azotea de quizá qué edificio.


"El que tenga canción tendrá tormenta, el que tenga compañía...soledad"


Yo insistí en que miraran las estrellas, hueón, estaban de una manera magnificente sobre nuestras almas. Pero tal vez para ustedes no fue necesario, no era importante. 


Qué historia, Qué historia. Para no repertirla en por lo menos 5 meses más, pero yo igual los quiero mucho. Aún sobrio.



martes, 17 de enero de 2012

:)

Vean ahora mismo van girando verdes pétalos conmigo.

jueves, 12 de enero de 2012

El Cigarrillo.



Anoche estuve conversando con mi cigarrillo,
me sentía cansado, cansado y aburrido,
mi mundo está tan triste, tan solo y tan vacío
que a veces me parece que ni siquiera existo.


Lo encendí despacito y le di una pitada,
luego viendo como el humo se volatilizaba
recordé tantas cosas que creía olvidadas
y se las conté todas mientras me lo fumaba.


Le conversé de ti y de mis añoranzas,
le conté de tus besos y de mis esperanzas,
le conté de tu olvido, le conté de mis lágrimas
y de aquello vivido que hoy se ha vuelto nada.


Le dije que es posible que a mí nadie me quiera
porque he pretendido vivir a mi manera,
porque me he negado, quizá, a pagar ese tributo,
de bajeza y pecado, que hoy nos exige el mundo.


A lo mejor estoy acabado, la vida me ha vencido,
he vivido, he luchado, he llorado y sufrido
y qué es lo que he ganado con ser tan comprensivo,
vivir desesperado en un mundo vacío.


Anoche con mi cigarrillo estuve conversando
y después de acabarlo me he quedado pensando
que en este verso triste, que es el mundo en que vivo,
es el único amigo que me va quedando.

Las Encomiendas

(M.Redolés)



Algunos somos lo suficientemente jóvenes
como para tener madres.
Por eso a veces los carteros ingleses
golpean con los pies nuestras puertas
y traen inmensas encomiendas de Chile.
Dicen
"Somos los carteros y traemos encomiendas"
entonces nosotros
"pasen a tomarse un cafecito"
y ellos
"no, no, somos ingleses y trabajamos de 8 a 12"
y nos dejan paquetes amarrados con mucha fuerza
y grandes letras muy marcadas... como si las madres temieran que el avión perdiera el rumbo
y la encomienda fuera a parar a manos de algún Africano, 
Costarricense o Florentino de parecido nombre al nuestro.


Pero eso no es todo, no es ni la mitad
las encomiendas traen pequeños milagros 
traen retazos de luces y aromas traen
fieles formas de sombras preconcebidas 
por nosotros traen suciedades 
para el alma del que todos sabemos.


...Sí, acá llueve firme y
 el exilio no puede impedir que las madres
 nos envíen encomiendas
 con gruesas letras y cáñamo
 escogido. 

miércoles, 11 de enero de 2012

Malentendido.

Asterión era un ser solitario, -Eso decían-.
Por eso, nadie lo lloró cuando cedió ante el puñal asesino de Teseo.

Pero tampoco se preguntaron por qué las puertas de su hogar siempre estuvieron abiertas.