Sé que me acusan de soberbia, y tal vez de misantropía, y tal vez de locura. Tales acusaciones (que yo castigaré a su debido tiempo) son irrisorias.
sábado, 23 de noviembre de 2013
Llegó la hora.
Camilo Durán Tapia
Con
el ladrido de los perros llegó la hora de los escopetazos. Nadie sabe nunca si
terminó vivo o muerto, hasta que el hilo de sangre le tape los ojos.
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